Los diez años de vida de la Casa Encendida se celebrarán con la exposición de la artista plástica Louise Bourgeois 'Mal haya quien mal piensa', una selección de esculturas, dibujos, grabados sobre telas, remiendos y celdas, que se podrá ver del 18 de octubre al 13 de enero.
Louise Bourgeois (1911- 2010)
Escultora, artista gráfica y pintora francesa.
Nace en París el 25 de diciembre de 1911 en el seno de una familia de relaciones complejas. Desde muy pequeña, ayuda a sus padres en el negocio de restauración y venta de tapices y textiles antiguos. De un carácter impetuoso, descubre la relación infiel de su padre con su maestra de inglés, hecho que marcará profundamente su vida y su obra.
En 1932, ingresa a La Sorbona para seguir estudios de matemáticas superiores, en geometría, pero muy pronto abandona las matemáticas, demasiado teóricas a su gusto.
Inicia su formación artística en l'Ecole des Beaux-Arts de París, así como en l'Académie Ranson, l'Académie de la Grande Chaumière, l'Académie Fénelon. Estudia con Charles Despiau, Paul Colin, André Lhote, Roger Bissière, Marcel Gromaire y Fernand Léger. Estudia historia del arte en l'Ecole du Louvre y trabaja como guía en el Museo del Louvre.
En 1938, se casa con el historiador de arte Robert Goldwater, y emigra a Nueva York, donde continúa su formación en el Art Students League. Conoce a los surrealistas Joan Miró, Marcel Duchamp y André Breton.
En los años 40, participa en diferentes corrientes del arte contemporáneo como el surrealismo, el expresionismo o el minimalismo, pero se mantiene a un lado de dichos movimientos, defendiendo su inflexible autonomía.
En 1945, presenta su primera exposición individual en la Bertha Schaefer Gallery de Nueva York, exhibiendo pinturas y estampas, pero en 1949 decide dedicarse por completo a la escultura. Pasa así de la rigidez de la madera en los años 50, a la maleabilidad del yeso y del latex en los años 60, para dedicarse al mármol y al bronce en los años 70-80. A partir de los años 90, realiza sus “Cells”, compuestas con objetos recogidos de la calle.
El arte y la vida para Louise Bourgeois son indisociables: « La sculpture est le corps, Mon corps est la sculpture».
Nacionalizada americana en 1951, enseña en instituciones como The School of Visual Arts de Nueva York, la Universidad de Columbia, el Cooper Union y el Goddard College.
Sus primeras obras acusan la influencia del surrealismo, pero por los años sesenta su trabajo se hace esencialmente autobiográfico y se construye con las obsesiones y los recuerdos de su infancia, heridas que nunca terminan por cerrarse. Sus temas predilectos son la maternidad, la pareja, la infancia, el cuerpo, la sexualidad, la ambivalencia femenino-masculino.
Bourgeois utilizó en sus esculturas materiales como el acero, el bronce, el cristal, la madera, la piedra, el mármol, el plástico o el látex. No hubo material inaccesible para ella. Pero también dibujó, diseñó, tejió, pintó, realizó murales, instalación y performance.
El dibujo será para ella una práctica constante, una especie de “diario” íntimo donde anota sus “pensées plumes”, como las llama, ideas visuales que atrapa al aire y plasma en los soportes más variados.
Su obra, que presenta a veces como un conjuro simbólico de los recuerdos traumáticos de su infancia, expone con audacia la condición femenina y los temas de la sexualidad.
En 1973, después de la muerte de su marido, Bourgeois crea la obra que para los críticos marcó un hito en su recorrido: Destruction of the father, que significaba la liquidación simbólica de la figura del progenitor.
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